Un gobierno in-Maduro
En los tiempos actuales, en los que la generación y el acceso a la información se da con tanta abundancia, es difícil estar 'desinformado', es decir, no tener ninguna idea de 'lo que está sucediendo', sin importar incluso si 'eso que está sucediendo' es real o no lo es, pues sabemos que la información la generan personas, que forman parte de grupos con intereses propios e incentivos para hacernos creer aquello que les favorezca.
Independientemente de ello, la información a la que podemos acceder, nos permite tener una opinión sobre lo que los medios dicen que está sucediendo, y en estos días uno de los temas más recurrentes es la situación política y de ingobernabilidad de la República Bolivariana de Venezuela.
La situación es descrita como un 'levantamiento popular' en nombre de la libertad, los valores democráticos y la necesidad de mejorar las condiciones de vida de los venezolanos, contra un gobierno tiránico sostenido por Nicolás Maduro y sus 'cómplices' enquistados en las fuerzas armadas, PDVSA y el Poder Judicial, y las imágenes muestran un pueblo descontento que arriesga su vida con tal de conseguir el cambio.
Si consideramos que efectivamente eso fuese real, y la situación es tal cual la muestra la prensa, existe material para ejercitar un análisis sencillo de lo que está pasando como un ejercicio mental.
¿Cómo se llegó a este punto?
Recordemos que el gobierno de Maduro es la continuación del proyecto que inició y lideró Hugo Chávez durante 14 años hasta el 2013, durante todo ese tiempo contó con el apoyo de un sector importante de venezolanos quienes lo reeligieron múltiples veces. El fin de su gobierno se alcanzó sólo con su muerte, pero su poder era tal, que incluso en el ocaso de su vida pudo designar a quien sería su reemplazante, Nicolás Maduro, un personaje con muchas más limitaciones que su predecesor. Durante esta última etapa de 'Revolución Bolivariana' la crisis económica se agudizó, y el sector de clase media que siempre se opuso a Chávez fue ganando adeptos entre los otros sectores de la población hasta alcanzar, aparentemente, una mayoría. Es así que el país aparece ahora polarizado entre la oposición, que dice encarnar a todo el pueblo venezolano, y el gobierno, que aparentemente ha quedado sólo enquistado en el poder.
¿Quiénes son los actores?
Son dos los actores y operan internamente, el Gobierno de un lado, y la oposición del otro. El enfrentamiento ha alcanzado desprecio por las prácticas constitucionales de un lado, y brotes de violencia entre la población y las fuerzas de seguridad. No hay potencias externas interviniendo, o al menos no se hace evidente su actuación, es por demás extraño que un país como Estados Unidos que justifica su actuación militar en Medio Oriente como una defensa de la democracia y la libertad, tenga poco que decir respecto a lo que sucede en Venezuela. He aquí un punto de interés, pues no es posible entender las razones de la indiferencia americana por un problema que afecta a su propio hemisferio.
¿Qué podría suceder?
Descartada la intervención foránea, ya sea de forma presencial o en forma de presión para debilitar al gobierno, la solución al problema sólo puede estar en manos de los venezolanos. La salida menos costosa podría considerar un acuerdo entre el gobierno y la oposición para una salida negociada y una transición al estilo Pinochet, asegurando elecciones libre y permitiendo a los venezolanos decidir su futuro, el lado negativo de esta salida se encuentra en el nivel de profundidad que tiene el chavismo en las instituciones venezolanas, que complicarían mucho la gobernabilidad en un supuesto nuevo gobierno de la oposición, sin contar que diversos intereses económicos y políticos deben considerar poco beneficioso para su existencia, un cambio de cualquier tipo. La otra ruta, es la del enfrentamiento abierto por el control del gobierno, que puede implicar un nuevo golpe de estado dirigido por la oposición o por una tercera fuerza con deseos de pescar en río revuelto. La violencia desatada costaría vidas y el nivel de represión sería fuerte en los próximos años para lograr que el nuevo gobierno se afiance.
Como lo expliqué antes, el objetivo de esta entrada no ha sido más que un ejercicio de análisis. Desde esta esquina me solidarizo con todos los venezolanos y venezolanas que sufren y que luchan por un cambio, y les transmito mis deseos de que su patria vuelva a ser el ejemplo de desarrollo y bienestar que alguna vez fue.
Independientemente de ello, la información a la que podemos acceder, nos permite tener una opinión sobre lo que los medios dicen que está sucediendo, y en estos días uno de los temas más recurrentes es la situación política y de ingobernabilidad de la República Bolivariana de Venezuela.
La situación es descrita como un 'levantamiento popular' en nombre de la libertad, los valores democráticos y la necesidad de mejorar las condiciones de vida de los venezolanos, contra un gobierno tiránico sostenido por Nicolás Maduro y sus 'cómplices' enquistados en las fuerzas armadas, PDVSA y el Poder Judicial, y las imágenes muestran un pueblo descontento que arriesga su vida con tal de conseguir el cambio.
Si consideramos que efectivamente eso fuese real, y la situación es tal cual la muestra la prensa, existe material para ejercitar un análisis sencillo de lo que está pasando como un ejercicio mental.
¿Cómo se llegó a este punto?
Recordemos que el gobierno de Maduro es la continuación del proyecto que inició y lideró Hugo Chávez durante 14 años hasta el 2013, durante todo ese tiempo contó con el apoyo de un sector importante de venezolanos quienes lo reeligieron múltiples veces. El fin de su gobierno se alcanzó sólo con su muerte, pero su poder era tal, que incluso en el ocaso de su vida pudo designar a quien sería su reemplazante, Nicolás Maduro, un personaje con muchas más limitaciones que su predecesor. Durante esta última etapa de 'Revolución Bolivariana' la crisis económica se agudizó, y el sector de clase media que siempre se opuso a Chávez fue ganando adeptos entre los otros sectores de la población hasta alcanzar, aparentemente, una mayoría. Es así que el país aparece ahora polarizado entre la oposición, que dice encarnar a todo el pueblo venezolano, y el gobierno, que aparentemente ha quedado sólo enquistado en el poder.
¿Quiénes son los actores?
Son dos los actores y operan internamente, el Gobierno de un lado, y la oposición del otro. El enfrentamiento ha alcanzado desprecio por las prácticas constitucionales de un lado, y brotes de violencia entre la población y las fuerzas de seguridad. No hay potencias externas interviniendo, o al menos no se hace evidente su actuación, es por demás extraño que un país como Estados Unidos que justifica su actuación militar en Medio Oriente como una defensa de la democracia y la libertad, tenga poco que decir respecto a lo que sucede en Venezuela. He aquí un punto de interés, pues no es posible entender las razones de la indiferencia americana por un problema que afecta a su propio hemisferio.
¿Qué podría suceder?
Descartada la intervención foránea, ya sea de forma presencial o en forma de presión para debilitar al gobierno, la solución al problema sólo puede estar en manos de los venezolanos. La salida menos costosa podría considerar un acuerdo entre el gobierno y la oposición para una salida negociada y una transición al estilo Pinochet, asegurando elecciones libre y permitiendo a los venezolanos decidir su futuro, el lado negativo de esta salida se encuentra en el nivel de profundidad que tiene el chavismo en las instituciones venezolanas, que complicarían mucho la gobernabilidad en un supuesto nuevo gobierno de la oposición, sin contar que diversos intereses económicos y políticos deben considerar poco beneficioso para su existencia, un cambio de cualquier tipo. La otra ruta, es la del enfrentamiento abierto por el control del gobierno, que puede implicar un nuevo golpe de estado dirigido por la oposición o por una tercera fuerza con deseos de pescar en río revuelto. La violencia desatada costaría vidas y el nivel de represión sería fuerte en los próximos años para lograr que el nuevo gobierno se afiance.
Como lo expliqué antes, el objetivo de esta entrada no ha sido más que un ejercicio de análisis. Desde esta esquina me solidarizo con todos los venezolanos y venezolanas que sufren y que luchan por un cambio, y les transmito mis deseos de que su patria vuelva a ser el ejemplo de desarrollo y bienestar que alguna vez fue.
Foto EFE: Protestas en Venezuela |
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